En 1962 se celebró en la isla de Curaçao uno de los torneos internacionales de ajedrez más recordados de la historia, y este evento fue inmortalizado por las Antillas Holandesas con una emisión de tres sellos que conmemoran esta cita deportiva e intelectual.
Más allá de su valor filatélico, estas piezas son testimonio de la creciente importancia del ajedrez como disciplina cultural a nivel global durante la Guerra Fría.
Este conjunto es especialmente interesante para los coleccionistas temáticos que siguen la pista del ajedrez en la filatelia, así como para quienes desean incorporar piezas de carácter deportivo, cultural e internacional en sus álbumes.